La piel es el órgano más grande del cuerpo humano.
Una persona adulta de estatura media tiene entre 1,5 y 2 metros cuadrados.
La piel es un órgano sensorial como los ojos o la nariz y detecta el frío, el calor, el dolor, el picor, las vibraciones y la presión. Otra función importante de la piel es la regulación de la temperatura corporal. La piel transpira cuando hace calor para hacer bajar nuestra temperatura corporal y ayuda a conservar el calor cuando hace frío. La piel también nos protege de todo tipo de factores externos como bacterias, virus y hongos así como la sobre exposición a los rayos UV.
El sistema de protección de la piel contra la luz UV funciona mediante 2 mecanismos: el bronceado y el aumento de grosor de la epidermis, la capa más exterior de la piel. Suena raro, pero el segundo sistema protege la piel mejor contra una sobre exposición a los rayos UV que el propio bronceado.
El proceso de bronceado se activa en el momento que la piel se expone a los rayos UV. El resultado final es un bonito tono que nos da un aspecto saludable y favorecedor. Un bronceado natural que nos hace sentir mejor y que influye positivamente en nuestra autoestima.
La luz UV que activa el bronceado es un tipo de luz invisible para el ojo humano. Los rayos UV se dividen en rayos UVB (solo entran en la epidermis) y UVA (llegan hasta la dermis). La luz UVA sobre todo colorea la melanina (pigmento) ya presente en la piel (pigmentación directa, rápida, de corta duración).
Los rayos UVB activan a los melanocitos en la piel, las células que producen nueva melanina. Esta nueva producción de pigmento es un proceso de bronceado más lento. 2 o 3 días después de haber tomado el sol se empieza a notar su efecto. La nueva melanina sube desde la base de la epidermis hacía arriba dentro de unas “bolsitas”, las melanosomas (pigmentación indirecta, lenta, de larga duración).
Cada vez que se toma el sol estos 2 procesos (pigmentación directa e indirecta) tienen lugar en la piel. Esto explica por qué el bronceado cada vez es más intenso, hasta llegar a un máximo. Este color “final” es diferente para cada persona y depende sobre todo del tipo de piel.
Los tipos de piel
La cantidad de melanina en la piel varía de persona en persona. También la capacidad de la piel para producir nueva melanina es diferente. El Dr. Thomas Fitzpatrick clasificó diferentes tipos de piel según su color y su capacidad para broncearse. En total denominó 6 tipos de piel, numerados del 1 al 6.
Tipo I
- Piel: muy clara
- Pelo: rojizo
- Ojos: azules
- Exposición luz UV: siempre se quema, nunca se broncea
Tipo II
- Piel: clara
- Pelo: de rubio a castaño
- Ojos: azules / verdes / grises
- Exposición luz UV: se quema a menudo, a veces se broncea
Tipo III
- Piel: morena clara
- Pelo: de rubio oscuro a castaño
- Ojos: grises / marrones
- Exposición luz UV: a veces se quema, siempre se broncea
Tipo IV
- Piel: morena clara olivácea
- Pelo: castaño oscuro
- Ojos: marrones
- Exposición luz UV: muy raras veces se quema, siempre se broncea
Tipo V
- Piel: oscura
- Pelo: negro
- Ojos: marrones oscuros / negros
- Exposición luz UV: piel oscura desde el nacimiento
Tipo VI
- Piel: negra
- Pelo: negro
- Ojos: negros
- Exposición luz UV: piel negra desde el nacimiento